En esa luna, reflejo del alma femenina de la tierra,
astro de la lucha constante por iluminar,
cuando llega la noche a nuestra morada.
Sin su luz, en luna llena, ¿quién podría
encontrar el camino cuando anda perdido
en la oscuridad constante…?
Sin su sonrisa en el menguante,
¿cómo iban a poder coger las fuerzas,
cuando la tristeza amenaza con quedarse?
Sin sentir que se llena, en el creciente,
¿de qué serviría el vacío de la noche,
sin la esperanza de verte de nuevo?
Sin su oscuridad, cuando está nueva,
¿sería posible volver a empezar tantas
veces cómo nos alcanza un final?
En esa luna, veo tu lucha en cada ciclo,
Y sólo tú, mujer,
demuestras la capacidad de reiniciarte con ella.
Y volver a vivir… en esa luna.
Hace unos días, un buen amigo, me hablo de una hermosa mujer, de una persona especial, de esas que la vida intenta tirar, pero que ella insiste e insiste en levantarse una vez tras otra, manteniéndose de pié, y encontrando siempre la manera de vivir en cada paso. Por ella, es esta luna, y estos improvisados versos. Por ella, y por todas las mujeres, que sin alardes de fuerza, sacan adelante esta vida, luchando desde el interior y regalando sonrisas.
3 comentarios:
aGracias por tus palabras, preciosas, precisas, como mujer, y como amiga.
Las lunas son siempre tan caprichosas.Menguante, media menguante,llena e invisible.Vuelve locas a las mareas,nunca muestra su cara oculta y su luz es siempre pálida.Se mira en el mar y se muestra orgullosa.También la pobre es un satélite errante atrapada por la gravedad de la tierra...pero, en fin, ¿que tiene que tanto nos atrae?Los que realmente han estado allí no han querido volver.Cosas de la imaginación,posiblemente.
Besos,guapa.
Estupenda dedicatoria a la mujer en forma de poema. La luna tiene algo inspirador que es incomparable con el resto de inspiraciones... Definitivamente, la luna es mujer y por eso caemos rendidos a sus pies. Maravilloso, Yasenka. Un beso.
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